Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el término engloba a un grupo heterogéneo de 20 enfermedades prevalentes principalmente en áreas tropicales y en las regiones más pobres del planeta, donde la inocuidad del agua, el saneamiento y el acceso a la atención de salud distan mucho de ser óptimos.
Se nombran desatendidas porque se encuentran casi ausentes de la agenda sanitaria mundial, reciben poca financiación y están asociadas al estigma y la exclusión, por lo que provocan consecuencias devastadoras en los ámbitos social, económico y de salud.
Entre ellas están la úlcera de Buruli, la enfermedad de Chagas, dengue, chikungunya, lepra, rabia, sarna y tracoma.
A pesar de las dificultades inherentes a su control la OMS se trazó metas ambiciosas para estas enfermedades, incluido su control, eliminación como problema de salud pública, supresión de la transmisión y erradicación global.
De acuerdo con datos del organismo, en el último decenio se lograron avances, pues la población que necesita intervenciones contra las ETD disminuyó en un 25 por ciento entre 2010 y 2021, pasando de dos mil 190 a mil 650 millones.
A finales de 2022, 47 países habían eliminado al menos una ETD y, desde 2015 hasta 2019, más de mil millones de personas al año recibieron tratamiento para al menos uno de estos padecimientos.
A pesar de la actual pandemia de la Covid-19, la hoja de ruta para las ETD tiene como objetivo no dejar a nadie atrás, según destacó la OMS.
En ella se pasa del planteamiento basado en programas verticales a soluciones transversales, a través de inversiones más inteligentes con las que mejorar la salud y el bienestar para 2030.
Entre las principales metas mundiales para 2030 están: reducir en un 90 por ciento el número de personas que requieren tratamiento para las ETD, disminuir en 75 puntos porcentuales los años de vida ajustados por discapacidad relacionados con esas enfermedades, y erradicar dos de ellas (dracunculosis y pian).
Cada 30 de enero se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas con la finalidad de concienciar a la población del planeta acerca de la amenaza de estos padecimientos que pueden prevenirse y tratarse.
Por otra parte, se pretende unir esfuerzos en la formulación y ejecución de políticas orientadas hacia la mejora de las condiciones de saneamiento y acceso a sistemas de salud, especialmente en las zonas o regiones en condición de pobreza extrema.
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