El fin de semana el gobernador del estado Spencer Cox firmó el proyecto de normativa, considerada la más reciente de una serie de propuestas antitrans aprobadas en todo el país.
Según el canal CNN, la regulación prohíbe a los proveedores de atención sanitaria garantizar “un tratamiento hormonal a nuevos pacientes a los que no se haya diagnosticado disforia de género antes de una fecha determinada”.
De igual forma, impide la realización de procedimientos quirúrgicos a un menor con el fin de efectuar un cambio de sexo.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) ratificó su rechazo a la legislación en un comunicado y enfatizó en que no son necesarios más estudios sobre el tratamiento hormonal, como exige la normativa.
Ya existe una gran cantidad de pruebas científicas y consenso entre las principales organizaciones médicas y profesionales que apoyan el tratamiento hormonal para los jóvenes transgénero, insistió.
La ACLU, en una carta a Cox citada por National Public Radio, manifestó su preocupación por “los efectos perjudiciales y potencialmente catastróficos que esta ley tendrá en la vida y la atención médica de las personas y las graves violaciones de los derechos constitucionales de los ciudadanos que causará”.
“Al interrumpir un tratamiento médico respaldado por todas las principales asociaciones médicas de Estados Unidos, la ley pone en peligro la salud y el bienestar de los adolescentes con disforia de género”, destacó.
La Academia Estadounidense de Pediatría señaló en una declaración que la terapia hormonal sustitutiva es adecuada a partir de la adolescencia.
Legisladores federales y estaduales revisaron en 2022 más de 200 proyectos de ley que trataron de limitar los derechos de los estadounidenses Lgbtiq+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Intersexuales y Queer).
En un informe de la organización The Trevor Project y la empresa Morning Consult, ocho de cada 10 encuestados transgénero y no binarios dijeron que los debates sobre estas propuestas afectaron su salud mental, mientras el 75 por ciento de los jóvenes declaró sentir estrés o ansiedad debido a las amenazas de violencia contra los espacios Lgbtiq+.
Entre las cuestiones que golpearon el bienestar emocional, psicológico y social de estos grupos aparecen las iniciativas para restringir la atención médica de afirmación de género, prohibir a los atletas trans del deporte y limitar cómo se puede hablar de las identidades Lgbtiq+ en las escuelas.
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