La medida implicó de inmediato un aumento de los precios de los carburantes, entre estos el empleado en la cocción de los alimentos, del pan suyo de cada día, y de las mercancías.
En lo adelante el litro de diesel, de uso común en el transporte de mercancías, aumentará 45 francos CFA (franco de la comunidad financiera africana), hasta los 720, alrededor de 1,09 euros, alza que, como siempre ocurre, aparecerá en el costo de los alimentos y otros bienes.
El Gobierno trata de paliar la situación con un alza del 5,2 por ciento en los salarios de los empleados públicos, una medida de efecto limitado pues no alcanza a los trabajadores del sector privado ni a los del informal de la economía, estos últimos los más desfavorecidos.
De su lado, el FMI emitió un comunicado según el cual las autoridades camerunesas “reconocieron la necesidad de reducir el costo de los subsidios a los combustibles insostenibles en las actuales circunstancias de las proyecciones del precio internacional del petróleo”.
En paralelo, el texto reconoce que la “reforma de los precios de los combustibles requiere medidas para mitigar el impacto en los más vulnerables, entre ellas la tansferencia de efectivo”.
La zanahoria de la imposición del ente financiero es la concesión a este país africano de un préstamo de un crédito de 68 millones 500 mil euros, pagadero a partir del próximo mes de marzo.
mgt/msl