«Antes me molestaba cuando me llamaban bolsonarista (adepto del político ultraderechista). Esperen, voy a soltar una bomba. El viernes (mañana) saldrá en (la revista) Veja el intento de Bolsonaro de coaccionarme para que diera un golpe de Estado junto a él», afirmó el también militar durante un live (en vivo por redes sociales).
Do Val comentó a la televisora GloboNews que uno de los factores que le llevaron a esa decisión fue una conversación, presenciada por Bolsonaro, después de las elecciones de octubre, en la que el entonces diputado Daniel Silveira le habría propuesto un plan golpista para anular las justas comiciales ganadas por Lula.
El parlamentario, de 51 años y miembro del Partido Podemos, declaró que rechazó la propuesta del excapitán del Ejército y denunció el caso.
Unas horas después de comentar la presión supuestamente hecha por Bolsonaro, el senador anunció que dejará el cargo después de perder la convivencia con la familia y especialmente con la hija. Comentó que la vida pública también afectó su salud.
«Después de cuatro años de dedicación exclusiva como senador por Espíritu Santo (estado en el sudeste), llegando a sufrir un principio de infarto, vengo a través de esta comunicar a todos los capixabas (como popularmente se nombran a residentes en esa región) mi salida definitivamente de la política», escribió.
No sirve de nada ser transparente, honesto y luchar por un Brasil mejor, sin los ataques y las ofensas que siguen de la misma forma, subrayó Do Val, quien desea reanudar su carrera en Estados Unidos, donde vivió por un tiempo.
Bolsonaro solicitó esta semana una visa de turista de seis meses de duración para extender su permanencia en Estados Unidos, donde arribó a finales de diciembre.
Medios periodísticos locales aseguran que el regreso del expresidente al gigante suramericano estaría siendo retardado a causa de las investigaciones por los actos antidemocráticos del pasado 8 de enero.
El exparacaidista fue incluido en la investigación abierta por el ministro Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF), para identificar a los donantes del movimiento golpista y corre riesgo de ser arrestado.
Bajo pedidos de intervención militar y rechazo a la asunción al poder de Lula, extremistas adeptos del exgobernante invadieron y depredaron las sedes del Congreso Nacional, el STF y el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo.
Otras posibles indagaciones se sumarían por la crisis sanitaria y social que enfrenta el pueblo indígena Yanomami, abandonado durante el mandato del exuniformado (2018-2022).
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