Con pedidos de intervención militar y rechazo a la asunción de Lula al poder, grupos de extrema derecha adeptos del derrotado mandatario Jair Bolsonaro invadieron y saquearon en esa fecha las sedes del Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y la Presidencia.
«Lo que sucedió en el Palacio del Planato (sede del Poder Ejecutivo) y en la Corte Suprema fue una revuelta de los ricos que perdieron las elecciones», afirmó el gobernante en Río de Janeiro durante la toma de posesión de Aloizio Mercadante como nuevo presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.
Advirtió que no se puede «bromear porque un día el pueblo pobre puede cansarse de ser pobre y decidió hacer que las cosas cambien en este país».
Recordó que, cuando se dejó el Gobierno, la economía crecía un 7,5 por ciento y el comercio minorista casi un 13. «Este país tiene que volver. Si no regresa, no sabemos hasta cuándo vamos a aguantar», señaló.
Indicó que ganó las elecciones «exactamente para hacer los cambios que no se hicieron» e insistió en este «país ya no puede ser gobernado por una parte de la sociedad. Ese país tiene que ser gobernado por la gran mayoría del pueblo brasileño», remarcó.
Lula inauguró con su viaje a Río una serie de visitas a cumplir por estados brasileños para presentar o relanzar obras y programas.
En esa ciudad, el fundador del Partido de los Trabajadores abrirá una unidad sanitaria para anunciar «la reanudación de la planificación y las inversiones en salud, incluyendo un programa de reducción de filas de cirugías», confirmó el ministro jefe de la Casa Civil, Rui Costa, en una red social.
También en el evento en la urbe carioca, en el que estará acompañado por el alcalde Eduardo Paes y la ministra de Salud, Nísia Trindade, el exsindicalista participará en la presentación de la llamada Política Nacional de Reducción de las Filas de Cirugías Electivas.
Según Costa, «son 600 millones (de reales, más de 116 millones de dólares) que nosotros estamos transfiriendo a los estados para acelerar las cirugías que quedaron estancadas durante la pandemia» de Covid-19.
El presidente visitó en enero las ciudades de Araraquara (en el interior de Sao Paulo) y Boa Vista (norteño estado de Roraima), pero en razón de acciones de emergencia.
Se presentó en esos territorios ante los estragos causados por las lluvias intensas, en la ciudad paulista, y en razón de la crisis de salud de los indígenas Yanomami, en la capital de Roraima.
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