Celebrada anualmente, la fecha fue oficializada en 2008, por la Ley número 11.696, en homenaje al líder nativo Sepé Tiaraju, muerto el 7 de febrero de 1756 durante la invasión española a la llamada Colonia de Siete Pueblos de las Misiones que exigía la retirada de la población guaraní que allí vivía hacía 150 años.
Los aborígenes lucharon contra el Tratado de Madrid, que dividía el territorio de Brasil entre portugueses y españoles.
Esos pueblos defendieron sus tierras, encabezados por Tiaraju, quien se convirtió en símbolo de resistencia.
A 267 años de la pérdida del jefe indígena, la lucha por el derecho a la tierra, el reconocimiento y respeto a las culturas originarias, se intensifica.
Recientemente, impactantes fotografías de niños desnutridos de la etnia indígena Yanomami, que circulan en redes sociales y plataformas digitales, empujaron al Gobierno a declarar una emergencia sanitaria.
El despiadado lenguaje de tales imágenes provocó una reflexión crítica de la sociedad y, a través de la medida gubernamental, se creó el Centro de Operaciones de Emergencias en Salud Pública.
Bajo este dantesco escenario, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitó en enero el norteño estado de Roraima, donde se ubica esta reserva, la mayor indígena del país.
«Si alguien me contaba que en estas tierras se trataba en forma inhumana a este pueblo Yanomami como he visto, no lo hubiera creído», manifestó Lula a periodistas luego de recorrer aldeas originarias y dialogar con sus líderes.
Aseguró que su gobierno «toma muy en serio la propuesta de eliminar la actividad minera ilegal en los ríos amazónicos» que contaminan las aguas con el uso de mercurio, lo cual causa enfermedades en la población, además de matar a los peces que consumen los Yanomami.
«Vamos a montar centros de salud en las aldeas, queremos mostrar que el Sistema Único de Salud es capaz de hacer un trabajo de honor como lo hizo para enfrentar la pandemia de la Covid-19», aseguró el fundador del Partido de los Trabajadores.
Denunció que el derrotado mandatario Jair Bolsonaro (2018-2022) abandonó a la población Yanomami.
La invasión de la minería depredadora, además de impactar en el aumento de enfermedades en la zona, causa violencia, conflictos armados y devasta el medio ambiente.
Por las quemas en la Amazonia se responsabilizó en su momento a Bolsonaro, quien enfrentó críticas por su política a favor de la agroindustria y la minería en el pulmón del planeta, en detrimento de las reservas indígenas y el medio ambiente.
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