“El globo pertenece a China, no a Estados Unidos”, dijo Mao Ning, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, al comentar sobre las declaraciones del portavoz del Pentágono, John Kirby, de que Washington retendrá el aparato.
No obstante, la funcionaria insistió al país norteamericano en la necesidad de manejar el asunto de “forma calmada, profesional y sin implicaciones militares”, al reiterar que se trató de un suceso por motivos de fuerza mayor y el dispositivo era civil.
Igualmente, Mao subrayó que el hecho fue accidental y nunca puso en peligro a la población o seguridad nacional de Estados Unidos.
Un aerostático chino ingresó a los cielos estadounidenses el mes pasado, Beijing indicó que realizaba investigaciones meteorológicas y se desvió del recorrido debido al mal tiempo y su poca capacidad para autodirigirse.
También se supo que un segundo aparato sobrevoló Costa Rica y Colombia por los mismos motivos climáticos y técnicos.
Pero la entrada del globo a Estados Unidos creó un nuevo foco de tensión bilateral, porque la Casa Blanca lo derribó el sábado al estimar que realizaba actividades de espionaje y además canceló la visita aquí del secretario de Estado, Antony Blinken.
Mientras, China consideró la reacción de exagerada y advirtió de reaccionar con medidas necesarias según evolucionen la situación.
No obstante, el gigante asiático desde un principio apostó por la calma, la comunicación y en permanecer enfocados en el tema para evitar malentendidos y manejar las diferencias de forma apropiada frente a situaciones inesperadas.
Aparte de lamentar el incidente, sus autoridades ratificaron más de una vez que China no tiene intención de violar el territorio ni el espacio aéreo de ningún estado soberano.
A raíz de todos esos incidentes, Japón dijo que analizará las informaciones al respecto y la posible conexión con objetos voladores de origen desconocido, avistados en sus cielos en 2020 y 2021.
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