El levantamiento iniciado por estudiantes universitarios expulsó a Baby Doc durante la noche del 7 de febrero de 1986 en un avión militar estadounidense con destino a Francia, acompañado de su esposa y un séquito de unas 20 personas.
“Deseo entrar en la historia con la cabeza bien alta, y dejo el poder al Ejército”, dijo durante un mensaje grabado para la televisión tras 15 años de mandato. “Dios es testigo de que nunca quise la efusión de sangre”, señaló, pese a que durante su gestión y la de su padre, François Duvalier, se estima que unas 30 mil personas fueron asesinadas, más del nueve por ciento de la población de la época.
Jean Claude tomó el poder de manos de su progenitor François Duvalier (Papa Doc), quien ganó las elecciones en 1957, pero luego modificó la Constitución e instauró la presidencia vitalicia.
Además, prohibió los partidos de la oposición y aplicó una política de represión con la ayuda de los Voluntarios de Seguridad Nacional, conocidos como los Tontons-Macoutes, que obligó a más de 100 mil haitianos a exiliarse.
En enero de 1986, un mes antes de su renuncia, Baby Doc cerró las escuelas y universidades, y prohibió a las radioemisoras informar sobre las revueltas que se propagaron en el país, al tiempo que declaró 30 días de estado de sitio.
Sin poder controlar el levantamiento y abandonado por Estados Unidos que hasta el momento apoyaba el régimen por su marcado carácter anticomunista, Duvalier y su familia huyeron a Francia poniendo fin a la dictadura en Haití.
Casi cuatro décadas después, expertos aseveran que la nación caribeña no superó aún el estigma de la dictadura, y la transición democrática iniciada en 1986 todavía está por concretarse, mientras que una sucesión de gobiernos corruptos, disturbios políticos, crisis económica y desastres naturales mantienen al país en perenne crisis.
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