A la luz de más de tres meses de vacío de poder, el dirigente de la Resistencia islámica libanesa reiteró el respaldo a un jefe de Estado de características nacionales que permita implementar soluciones sin injerencia extranjera.
Qassem rechazó las divisiones internas promovidas por partidos y bloques que obstaculizan las sesiones legislativas, el consenso y el llamado al diálogo.
En este sentido, ratificó que Hizbulah en todo su movimiento trabaja para construir el estado, apoyado por la experiencia de sus ministros y diputados que priorizan el interés de la patria y el pueblo.
Luego del fracaso de 11 convocatorias en el Parlamento, el secretario General Adjunto de Hizbulah subrayó la necesidad de apostar por el entendimiento y avanzar juntos por salvar al país del peor colapso económico en su historia moderna.
El pasado 19 de enero, la sesión de votación en la unicameral legislatura repitió el mismo guion de las anteriores y ningún candidato de la comunidad cristiana maronita recibió el respaldo de la mayoría de 128 diputados, para prolongar la vacancia presidencial. Bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales y en medio de la agudización de las condiciones de vida, Líbano intenta designar al jefe de Estado número 14 después de la independencia, tras la conclusión del mandato de Michel Aoun el 31 de octubre último.
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