El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados celebró en un comunicado la acción adoptada por la alcaldesa de esa urbe catalana, Ada Colau.
La cancillería llamó a otras ciudades a aplicar medidas similares como una forma de presionar a las autoridades de Tel Aviv para detener su violencia contra el pueblo palestino.
En una carta dirigida al primer ministro Benjamín Netanyahu, Colau anunció la suspensión temporal de sus relaciones institucionales con Israel “hasta que las autoridades pongan fin a la violación sistemática de los derechos humanos contra los palestinos”.
La medida incluye detener hasta nuevo aviso el hermanamiento de la metrópoli española con Tel Aviv.
Colau también advirtió contra las acusaciones de antisemitismo, una estrategia utilizada por los gobiernos israelíes y grupos de derecha cuando se cuestionan las acciones de ese país.
“Es muy importante distinguir entre las políticas del estado, en este caso Israel, y la generalidad de los judíos y su cultura”, agregó Colau en su misiva.
De hecho, la Federación de Comunidades Judías de España ya tildó de antisemita la decisión.
Más temprano el Frente Popular para la Liberación de Palestina celebró la decisión la alcaldesa.
Esa postura refleja la voluntad popular de rechazar las prácticas violentas de las fuerzas israelíes contra nuestro pueblo, afirmó en un comunicado la formación de izquierda.
También el Movimiento Palestino de Boicot, Desinversión y Sanciones saludó la postura de Colau.
“Barcelona se convirtió en el primer ayuntamiento en suspender los lazos con el apartheid de Tel Aviv en solidaridad con el pueblo palestino”, señaló el grupo en su cuenta de Twitter.
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