“La reacción del gobierno norteamericano parece obedecer, en mi opinión, más a razones de política interna que a los riesgos reales que pudiera haber implicado el hecho de que ese globo surcara los cielos norteamericanos”, dijo Kahhat en una entrevista radial.
El especialista fue entrevistado después que Washington informara que derribó el globo y destruyó otros tres objetos voladores y considerara espía al globo aerostático.
Añadió que, de ser el globo un instrumento de espionaje, sería demasiado burdo, pues “era del tamaño de tres autobuses, había atravesado diversos países y era perceptible a simple vista en parte de su trayecto”.
Kahhat apuntó que el Pentágono estadounidense había advertido que si el aparato sobrevolara sitios de interés estratégico, como silos nucleares en el estado de Montana, la información añadiría poco a lo que China hubiera podido obtener mediante satélites.
Sobre el contexto político de la algarada mediática desatada en torno al supuesto “globo espía”, anotó que se produjo en vísperas de que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se convierta en el primer titular de Relaciones Exteriores de su país que visita China desde 2018.
El analista añadió que todo parece indicar que los globos no son inusuales pues ya fueron detectados en el pasado, pero “ahora hay la urgencia de derribarlos para no parecer débil frente a China, porque el expresidente Donald Trump instó a derribarlos”.
“Es una reacción que tiene que ver, repito, con temas de política interna antes que con temas de seguridad nacional”, declaró.
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