Según el informe publicado este miércoles, excluidos los automóviles, la gasolina, los materiales de construcción y los servicios alimentarios, las ventas al por menor aumentaron un 1,7 por ciento en ese período.
Este indicador, conocido como ventas minoristas subyacentes, se corresponden estrechamente con el componente del gasto de consumo del Producto Interno Bruto.
Las ventas al por menor son principalmente de bienes y no se ajustan a la inflación. Además, son favorecidas por la subida de los precios de la gasolina, que infló los ingresos en las estaciones de servicio.
Por otra parte, es posible que crecieran por el mayor ajuste del costo de la vida desde 1981 para más de 65 millones de beneficiarios de la Seguridad Social, que entró en vigor en enero. Varios estados también aumentaron el salario mínimo.
Pero incluso teniendo en cuenta las distorsiones técnicas, el incremento de las ventas minoristas tras dos meses consecutivos de caídas refleja la continua resistencia de la economía a pesar de los mayores costos de los préstamos.
Desde la perspectiva de varios analistas, los descensos previos se relacionan con la anticipación de las compras navideñas, que no se tuvieron totalmente en cuenta en el modelo que usa el Gobierno para eliminar las fluctuaciones estacionales de los datos.
De ahí que los llamados factores de ajuste estacional probablemente modificaron las ventas al por menor en enero.
«La conclusión es que la tendencia subyacente del consumo no es tan débil como indicaban las cifras de diciembre, pero tampoco es tan fuerte como podrían sugerir las cifras de enero»,explicó al respecto el economista jefe de la consultora Wrightson ICAP, Lou Crandall.
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