La fiebre chikunguña es transmitida por mosquitos Aedes, los mismos que transmiten dengue y Zika, en tanto no hay vacuna aprobada ni tratamiento específico.
Puede causar fiebre alta, cefalea, dolor en articulaciones y muscular, y en raras ocasiones, hasta provocar síntomas graves y llevar a la muerte, principalmente en embarazadas, menores de un año, adultos mayores y personas con comorbilidades.
Según la alerta epidemiológica de la OPS, en 2021 se notificaron poco más de 137 mil casos y 12 defunciones, y en 2022 se reportaron casi el doble de casos y 95 fallecimientos en 13 países y territorios de la región, la gran mayoría en Brasil.
Detalló que en las primeras cuatro semanas de 2023, se reportaron 30 mil 707 casos —alrededor del 70 por ciento en Paraguay— y 14 defunciones.
El organismo instó a los Estados Miembros a que continúen con el fortalecimiento de la vigilancia, triaje, diagnóstico y tratamiento oportuno y adecuado de los casos de chikunguña y otras enfermedades transmitidas por mosquitos.
En ese sentido, pidió intensificar las acciones de preparación y adecuación de los servicios de salud: organizar el tamizaje y el flujo de pacientes, reorganizar servicios en caso de brotes y fortalecer las redes de atención.
De acuerdo con los expertos, la mejor protección frente al chikunguña consiste en evitar la picadura de mosquitos.
El principal método para disminuir la transmisión radica en movilizar a las comunidades para reducir y eliminar los criaderos de mosquito y, ante la primera sospecha de infección por chikunguña, se recomienda acudir de inmediato a la unidad de salud.
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