Jacky Jérôme Adolphe, alcalde de la ciudad, dijo a la prensa que la falta de seguridad en Artibonite provocó la suspensión de las actividades en la principal institución de salud de la región. Adolphe señaló que los médicos adscritos al centro temen por sus vidas tras los crímenes perpetrados por la banda Gran Griff, responsable del asesinato de seis policías a finales de enero.
Las autoridades del hospital que atiende a unas 700 mil personas en el Valle de Artibonite y la Meseta Central, crearon una célula de urgencia para tratar los casos más graves, mientras que el resto de los servicios están suspendidos hasta nuevo aviso.
Es la segunda institución de salud que cierra en esta semana luego que los centros Gheskio que investigan y tratan las enfermedades infecciosas, tomara una medida similar tras el secuestro del doctor Carl Frédérick Duchatelier y de la agente de salud comunitaria de salud, Kettia Juste ocurrido el martes.
Los empleados sanitarios fueron retenidos por hombres fuertemente armados tras salir del establecimiento.
La Federación de Organizaciones de Mujeres por la Igualdad de los Derechos Humanos denunció que desde hace un tiempo los trabajadores de Gheskio son víctimas de los secuestradores, pese al trabajo esencial de la institución en la sociedad.
Asimismo, advirtió que su cierre pone en riesgo a los cientos de miles de personas que viven con VIH y recordó al Gobierno que el restablecimiento de la seguridad fue la principal motivación para la firma de un acuerdo político.
En lo que va de año más de un centenar de personas fueron privadas de su libertad en Haití, como consecuencia del auge de la violencia ejercida por bandas que operan principalmente en la capital.
El Gobierno reiteró a la comunidad internacional la petición de desplegar tropas extranjeras para contener a las pandillas ante la falta de recursos y preparación de la Policía Nacional.
jha/ane
