Por Julio Morejón Tartabull
Redacción de África y Medio Oriente
Los ministros de Asuntos Exteriores de esas naciones expresaron en Ouagadougou, capital de Burkina Faso, su interés por dar curso a la propuesta que, por su carácter abierto, podría captar la atención de otros en la zona.
Aunque observadores ya destacaban la existencia de elementos afines en las juntas castrenses gobernantes en esos tres países, el interés de laborar en objetivos comunes se confirmó en un comunicado de sus cancillerías el 11 de febrero último.
Los tres Estados recibieron críticas por los motines militares escenificados desde 2020. Occidente les acusó de “revertir los logros democráticos que hicieron despojarse a la región de la etiqueta de cinturón golpista en África”.
Sin embargo, en el contexto popular, al parecer. esa acusación cayó en saco roto, toda vez que la mayor parte de los ciudadanos concuerda con la aplicación de transformaciones que garanticen paz, armonía y desarrollo integral.
“La nueva asociación prevé, entre otras cosas, consultas políticas y diplomáticas al más alto nivel, facilitar suministro de hidrocarburos, energía eléctrica e intensificar intercambios económicos y comerciales, (…), citó sputniknews.lat
Los golpes militares ocurrieron como respuesta a gobiernos afectados por crisis, falta de credibilidad y capacidad para ejecutar cambios sustanciales con beneficios para todos, a.
Pero los asaltos al poder continúan siendo expresiones ilegales contra las que se opone la comunidad internacional, incluida la ONU y gran parte del mundo.
En realidad derivaron de procesos turbulentos que finalizan y abren etapas que amenazan co la estabilidad de la Comunidad Económica de Estado de África Occidental (Cedeao) y la Unión Africana (UA).
¿UN NUEVO EJE?
Mientras el sitio digital africanews.com especula si esos tres países formarán un eje, es evidente el interés de avanzar en esa dirección, según expresó el capitán Ibrahim Traorè, líder de Burkina Faso.
«Realmente queremos mirar otros horizontes, porque queremos asociaciones en las que todos ganen», precisó.
Ese giro ocurre tras la decisión de las autoridades de Mali en exigir la retirada de las tropas francesas de la operación Barkhane, luego seguida por sus similares burkinesas.
Los dos países son víctimas de la violencia de islamistas armados, enfrentados desde 2013 por soldados enviados por París.
Sin embargo, tal respaldo no satisface a los receptores y en el caso maliense las autoridades se refirieron a un velado intento de colonización y de favorecer a los extremistas.
Burkina Faso dio plazo de un mes para la retirada francesa, aunque en ningún caso planteó la ruptura de relaciones con la antigua metrópoli, pese a ser un deseo de la mayoría de la población.
En todo caso, la cuestión no es que emerja eje, sino la posibilidad de que esa asociación encuentre una vía que pudiera suplir tratamientos ineficaces anteriores y adoptar planes de progreso.
Durante una visita a Mali del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, prometió ayuda «a la región del Sahel-Sahara e incluso a los países que bordean el golfo de Guinea». La declaración del canciller ruso acompaña los proyectos de desarrollo previstos en la iniciativa de Mali-Guinea-Burkina Faso, a la cual podrían sumarse otros Estados.
UNIR FORTALECE
Los cancilleres maliense, burkinabés y guineano evaluaron sucesos de los dos últimos años y condenaron la “imposición mecánica de sanciones que a menudo no tienen en cuenta las causas profundas y complejas del cambio político” en las naciones.
Ese castigo –añadieron- “afecta a poblaciones ya maltratadas por la inseguridad y la inestabilidad política”, “socava la solidaridad subregional y africana” y “priva a la Cedeao y la UA de la contribución de los tres países necesaria para enfrentar los grandes retos”.
Conforme con lejournaldelafrique.com. “Guinea, Burkina Faso y Malí quieren lanzar una organización no oficial y unirse para ser más fuertes, aunque por ahora es solo un primer paso.
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