A través de una declaración, la Cancillería repudió el bombardeo de Tel Aviv a Damasco en la noche del sábado último, que dejó saldo de al menos cinco muertos y más de 15 heridos, además de daños materiales en instituciones culturales y sitios arqueológicos.
La nota denunció el nuevo ataque a la soberanía de Siria y su pueblo, tras los efectos de los devastadores terremotos de hace dos semanas.
La institución calificó de persistentes las violaciones israelíes a las normas más básicas del derecho internacional que reafirmaron su indiferencia con la vida en todas las circunstancias, especialmente en tiempos de tragedias.
En suelo libanés, partidos, diputados, fuerzas políticas y líderes religiosos reclamaron a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional una postura más fuerte y decisiva contra los crímenes de Israel en la región.
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