Tras ser procesados por un fiscal auxiliar 25 ciudadanos fueron enviados a prisión y el resto se encuentra bajo custodia e investigación, declaró en rueda de prensa el ministro de Justicia y Policía, Kenneth Amoksi.
Uno de los líderes de la acción, Stephano «Pakittow» Biervliet, se entregó a los guardias el sábado y aparece detenido a partir del dictamen de la justicia, detalló el titular.
La nación regresó este lunes a la normalidad con la reapertura de escuelas, tiendas y gasolineras, en cumplimiento de indicación dada por el presidente Chandrikapersad Santokhi.
Sin embargo, siguen vigentes los desvíos de tráfico en los alrededores de la Asamblea Nacional y la oficina del mandatario, según explicó Amoksi.
Después des los saqueos, incendios provocados, robos, vandalismo y otros delitos, el departamento de Investigación Forense de la Policía llegó a 19 lugares para llevar a cabo pesquisas.
Entre ellos, visitó el Edificio de la Asamblea Nacional, la estación radial SRS, el Times Mall y el Corner House, escenarios algunos de incendios provocados.
«Constituimos un equipo encargado de localizar a las personas que cometieron delitos el pasado viernes. Todos serán localizados y detenidos», remarcó el ministro de Justicia y Policía.
Medios locales de prensa calificaron de falsa la convocatoria mediante las redes sociales a actuar hoy contra el gobierno en Lelydorp y el rumor en las calles de que activistas colocaron barricadas en Tawajariweg.
Los disturbios suscitados aquí días atrás tuvieron como telón de fondo la intensa inflación y el rechazo a medidas de austeridad impuestas por la administración del Estado, como el cese de subsidios básicos por recomendación del Fondo Monetario Internacional.
La Comunidad del Caribe instó el sábado con carácter de urgencia a restablecer la calma, “a hacer todo lo posible por mantener la seguridad pública” en la nación.
Señaló “el derecho a la libertad de expresión y a la manifestación pacífica”, pero alertó que no puede haber excusa para el uso de la violencia contra las protestas, por la represión policial con gases lacrimógenos.
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