Todos los sistemas están a punto, afirmó el presidente de la comisión nacional del evento, Winston Peters, quien aseguró que hicieron lo posible para garantizar el funcionamiento según lo previsto.
«Con los recursos que nos dio el Gobierno, debido a las limitaciones económicas, realizamos las acciones necesarias», subrayó el ejecutivo.
El ministro de Turismo, Randall Mitchell, coincidió en la disposición para llevar adelante el Carnaval y dio la bienvenida al regreso de la mayor experiencia festival del planeta.
El crucero Rhapsody of the Seas de Royal Caribbean trajo al país el pasado viernes a mil 500 pasajeros de cinco continentes diferentes para participar en las actividades.
«Se trata de un proyecto a largo plazo, ya firmamos un contrato plurianual para continuar con esta aventura épica», expresó el organizador de la embarcación, Johnny Mack.
El director de la Fundación Prestige del Caribe, Geoffrey Wharton-Lake, explicó que lo diferente esta vez es la cancelación del concurso Monarca Internacional de la Soca por las dificultades financieras.
Días atrás los residentes en esta capital estuvieron motivados por distintas citas previas, entre ellas la final del Panorama Nacional en el Queen’s Park Savannah, que ganó la banda BP Renegades.
Políticos y artistas alentaron a proseguir con los protocolos sanitarios de la Covid-19, justo cuando las máximas autoridades levantaron las restricciones por la pandemia con un alza en los casos.
El gobierno de Trinidad y Tobago espera una explosión de color cuando las bandas de máscaras de la nación, grandes y pequeñas, suban al escenario.
El carnaval de este país de casi un millón y medio de habitantes aparece como uno de los más importantes del Caribe. Justo antes del Miércoles de Ceniza, incluye soca, calipso, chutney y bandas de tambores metálicos.
Cuenta además con las tradicionales Bandas Mas de la región y una gran cantidad de personajes históricos que desandan las calles durante el gran desfile.
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