Según citó la revista especializada, durante años la terapia antirretroviral (TAR) se administró a personas con VIH, con el objetivo de reducir el virus a niveles casi indetectables y evitar que se transmita a otras personas.
Pero el sistema inmunitario mantiene el virus encerrado en reservorios en el cuerpo y si una persona deja de tomar ART, puede comenzar a replicarse y propagarse.
Sin embargo, el hombre, conocido como el paciente de Düsseldorf, dejó el tratamiento en 2018 y desde entonces se mantuvo libre de VIH.
Gracias a la TAR el enfermo tenía niveles extremadamente bajos de VIH, cuando le diagnosticaron leucemia mieloide aguda.
En 2013, un equipo dirigido por el virólogo Björn-Erik Jensen en el Hospital Universitario de Düsseldorf, en Alemania, destruyó las células cancerosas de la médula ósea del paciente y las reemplazó con células madre de un donante con la mutación CCR5Δ32/Δ32.
El doliente, que recibió el tratamiento, dijo en un comunicado que el trasplante de médula ósea fue un “camino muy rocoso”, y agregó que planeaba dedicar parte de su vida a apoyar la recaudación de fondos para la investigación.
La técnica de células madre aplicada en este caso se usó por primera vez en 2007 para tratar a Timothy Ray Brown, conocido como el paciente de Berlín.
Luego, en 2019, los investigadores revelaron que el mismo procedimiento al parecer curó al paciente de Londres, Adam Castillejo.
Timothy Henrich, investigador de enfermedades infecciosas de la Universidad de California, en San Francisco, aseguró que el hecho de que varios pacientes fueron tratados con éxito con una combinación de TAR y células de donantes resistentes al VIH hace que las posibilidades de lograr una cura del virus en estos individuos sea muy altas.
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