De acuerdo con la compañía china radicada en la nación europea, las medidas responden al aumento, sin procedentes, de los costos de energía, sumado al rechazo de los grupos ambientalistas respecto al uso de carbón en este proceso y a favor de la búsqueda de métodos más ecológicos.
Por su parte, miembros de la organización sindical Community Trade Union afirmaron que el cierre de los hornos, destinados a la obtención del combustible coque a partir del carbón mineral y empleados en la fabricación de acero a altas temperaturas, tendrá un impacto catastrófico en este sector.
La clausura de la sede en Scunthorpe, villa de la autoridad unitaria de North Lincolnshire, en Inglaterra, determinará que British Steel importe ese material, aspecto considerado por los trabajadores como un indicador preocupante para la continuidad de la industria siderúrgica nacional.
Datos oficiales revelan que la empresa, propiedad de la compañía china Jingye, emplea a alrededor de cuatro mil 200 obreros del país europeo, y elevó, en 2022, sus facturas de energía y los costos de compensación a más de 215 millones de euros.
Unido a ello, la firma argumentó que sus hornos ya casi concluyen su vida operativa y su cierre representaría enormes beneficios medioambientales, gracias a la reducción de las emisiones de contaminantes hacia el aire y el agua.
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