En su cuenta de Twitter, el corresponsal del canal local Al Manar Ali Shoeib, informó de la presencia de un equipo de la Unifil en el área del referido ataque y del hallazgo de los restos de las bombas ligeras disparadas anoche hacia territorio libanés.
Según el reportero, un proyectil de 155 milímetros cayó directamente sobre una casa en construcción, mientras otros tres se distribuyeron en un barrio residencial, sin reportar heridos.
Los proyectiles fueron lanzados desde las posiciones israelíes en el Golán sirio ocupado hacia el espacio aéreo en Ruwaisat al-Qarn, al sur de las granjas libanesas de Shebaa.
A criterio de Shoeib, la acción militar, repentina y sin aviso, de Tel Aviv constituye una violación de la soberanía de Líbano que transgrede las resoluciones de la ONU, especialmente la 1701 del Consejo de Seguridad.
Días antes, el ejército israelí completó los trabajos de fortificación y demolición fuera de la valla técnica en las fronteras de la ciudad de Aitaroun, durante los cuales violó la Línea Azul al arrancar árboles de tierras libanesas.
Líbano pidió a la Unifil ejercer la máxima presión sobre Israel para frenar sus prácticas hostiles y las constantes infracciones por mar, cielo y tierra a la paz del país y de la región.
Al mismo tiempo, la nación de los cedros enfatizó la necesidad de que Israel abandone los territorios ocupados, las granjas de Shebaa, las colinas de Kfar Shuba, las afueras de la ciudad de Mari, que incluye parte de la expansión urbana de la localidad de Ghajar, y las 13 áreas en las que el país se reserva la Línea Azul.
Los dos países están en situación de guerra desde el establecimiento del Estado de Israel en la tierra ocupada de Palestina y a lo largo de estos años muchos crímenes y ataques perduran en la memoria del pueblo de Líbano ante las ambiciones de Tel Aviv por apoderarse del agua del río Litani y la riqueza petrolera y gasífera.
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