De acuerdo con el informe Tendencias en la mortalidad materna, los expertos aseguran que prácticamente en todas las regiones del planeta el número de muertes maternas aumentó o se estancó su descenso.
En opinión de Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, “estas nuevas estadísticas revelan la necesidad urgente de garantizar que todas las mujeres y niñas tengan acceso a servicios de salud cruciales antes, durante y después del parto, y que puedan ejercer plenamente sus derechos reproductivos”.
La investigación abarcó los años del 2000 al 2020 y mostró que en ese último calendario se estima ocurrieron 287 mil muertes maternas a nivel global, cifra ligeramente menor a las 309 mil reportadas en 2016.
Detalló que en dos de las ocho regiones de las Naciones Unidas –Europa y América del Norte, y América Latina y el Caribe– la tasa de mortalidad materna se incrementó entre 2016 y 2020 en un 17 y un 15 por ciento, respectivamente, en tanto se estancó en las otras zonas.
El documento da a entender que es posible progresar, y ejemplifica con dos regiones –Australia y Nueva Zelandia, y Asia Central y Meridional– que experimentaron descensos considerables (de un 35 y un 16 por ciento, respectivamente) en sus tasas de mortalidad materna durante el mismo periodo, al igual que otros 31 países.
En números absolutos, el deceso de embarazadas y parturientas sigue concentrándose mayoritariamente en las zonas más pobres del mundo y en naciones afectadas por conflictos, siendo que en 2020, aproximadamente el 70 por ciento ocurrió en África Subsahariana.
En nueve países con graves crisis humanitarias, las tasas duplicaron con creces el promedio mundial: 551 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos, frente a 223 en el ámbito mundial.
El estudio significó que las principales causas son las hemorragias graves, hipertensión, infecciones relacionadas con el embarazo, complicaciones debidas a la práctica de abortos en condiciones de riesgo y afecciones subyacentes que pueden agravarse durante el embarazo (como el VIH/sida y el paludismo).
Los expertos señalaron que todo ello puede prevenirse y tratarse en gran medida con acceso a una atención de salud respetuosa y de alta calidad.
Destacaron que se deben acelerar considerablemente los progresos para cumplir las metas mundiales de reducción de las muertes maternas, o de lo contrario se pone en riesgo la vida de más de un millón de mujeres de aquí a 2030.
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