El presidente del país, Daniel Ortega, instruyó al Ministerio de Energías y Minas a comunicar esa decisión a las familias.
Ortega y la vicepresidenta, Rosario Murillo, dijeron que se descartan ajustes al precio de la gasolina y diésel a fin de evitar afectaciones a los hogares y las actividades relacionadas con la producción y el transporte colectivo.
Tampoco sufrirá variación el monto del gas licuado, principal combustible empleado en Nicaragua para la cocción de los alimentos.
Una nota de dicho Ministerio y del Instituto de Energía señaló que constituye una preocupación constante de la actual administración el impacto que estos importes tienen en la economía familiar y en los sectores económicos del país, por lo que continuará dando seguimiento permanente a su comportamiento en el mundo.
rgh/mpv