Los bajos índices de lectura a nivel global, y en edades tempranas, de manera particular, son una preocupación constante en los tiempos modernos.
La sociedad cambiante en la que vivimos, con avances tecnológicos a pasos agigantados, transformó la forma en que se lee y los soportes utilizados. Atrás parece ir quedando el olor a papel, a tinta,cuando con un smartphone o una tableta accedemos a la información que queramos.
Tener el conocimiento a un click de distancia ha variado el ritmo en el consumidor y el tipo de lectura que se practica. Podemos abrir la noticia y fijarnos solo en el principio y el final, saltar a un hipervínculo, caer en otro contenido y pasarnos así horas navegando entre textos que no leemos hasta el final y no entendemos a cabalidad.
Esta convergencia entre las industrias culturales y las redes digitales resignifica las prácticas de consumo e impacta en la relación de los individuos con la palabra escrita. De ahí que muchos teóricos señalen que hoy en día el libro impreso es posible que solo sobreviva para algunos temas, mientras que para otros la versión digital superará al papel.
Sin embargo, está claro que no todo se puede leer ni se encuentra en Internet. Entrar a una biblioteca o una librería y pasar el dedo por sus estanterías buscando un título tiene la magia que el algoritmo nos niega.
Dar vuelta a la hoja y conectarse con su textura, colocar un marcador, tomarse una pausa, regresar, retomar la trama y hacer un ejercicio de memoria es placentero y estimulante, es un escape convertido en oportunidad.
Como sea, lo importante es fomentar la lectura en cualquier soporte. Crear el hábito desde la primera infancia es una vía para formar ciudadanos cada vez más informados,conscientes y participativos.
Un niño que lee no solamente piensa más rápido, sino que analiza, desarrolla pensamientos críticos y la intención de querer saber un poco más.
La lectura hace ver las realidades adyacentes, nos inserta en la sociedad y nos conecta con el resto del mundo.Es una de las actividades que más beneficios puede aportar al ser humano y está considerada la base fundamental para la educación y la vida cotidiana.
Entonces, por qué no aprovechar ese instante de ocio, en el que aveces solo preferimos ver notificaciones en el celular, para abrir un texto y adentrarnos en ese maravilloso universo que es la literatura.
Cualquier momento siempre será bueno para leer y encontrar historias atractivas. Como alerta Umberto Eco, “el mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee”. Algo tenemos que hacer para revertir esa realidad. Nuestros hijos y la humanidad lo requieren. La mente gana a la espada, pero necesita de la lectura como la flor del agua y de la luz del sol.
(Tomado de Cuarta Pared, Suplemento Cultural de Orbe)