De acuerdo con el titular de Economía en el gobierno interino, Amin Salam, el objetivo de la modificación es proteger al ciudadano del caos y la aleatoriedad de los costos que persiguen los comerciantes y dueños de supermercados.
Al mismo tiempo, el Ministerio de Finanzas decidió incrementar el dólar aduanero de 15 mil a 45 mil, un mes después de abandonar la tasa de mil 500 utilizada desde 1997.
En este escenario, el tipo de cambio de la libra libanesa continúa su desplome en el marcado paralelo y está cerca del umbral de las noventa mil por cada dólar; la plataforma oficial, Sayrafa, mantiene sus operaciones en 45 mil 400.
La autoridad económica calificó de ilógico el incremento del valor del dólar al responder a un criterio politico por excelencia y no a razones económicas o financieras.
Al concluir la pasada reunión del gobierno, el ministro Salam insistió en la necesidad de la elección del presidente de la República para restaurar las instituciones del Estado e impulsar reformas de recuperación.
En este sentido, llamó a tomar decisiones radicales y responsables para definir el tema del tope del dólar para proteger a las personas ante la disminución del poder adquisitivo.
Cifras del Banco Mundial indicaron que Líbano ocupa el tercer lugar a nivel global y es el primero país árabe en la inflación de los precios de los alimentos; en tanto, informes de entidades de Naciones Unidas sitúan al 80 por ciento de su población por debajo del umbral de la pobreza.
La nación levantina entró en el quinto mes de vacío presidencial, a la luz de las repercusiones de las crisis interconectadas desde el punto de vista financiero, bancario, social y político.
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