El Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados palestino responsabilizó en un comunicado al subjefe del consejo de asentamientos judíos en el norte de la Ribera Occidental por la incursión de los colonos en el poblado.
En lugar de solicitar una disculpa al ministro israelí Bezalel Smotrich, Washington debería detener al autor inicial de los llamados a quemar a Hawara, señaló la Cancillería.
“Hawara debe ser borrado hoy”, escribió en Twitter antes del ataque Ben Zion, aunque luego borró sus palabras tras numerosas críticas. Sin embargo, luego Smotrich las repitió.
La víspera, el primer ministro palestino, Muhammad Shtayyed denunció que el comentario del funcionario israelí augura una peligrosa escalada contra los habitantes de los territorios ocupados.
Shtayyed afirmó que las declaraciones de Smotrich bastan por sí solas para llevarlo ante la justicia internacional, pues constituyen una incitación oficial a cometer nuevas masacres.
La muerte de dos israelíes a manos de un palestino sirvió de pretexto para decenas de extremistas judíos que asaltaron la aldea y otras localidades vecinas, ubicadas en la norteña gobernación de Nablus, acciones que provocaron numerosas protestas internacionales.
También Zvika Fogel, diputado del partido ultraderechista Poder Judío, defendió la nueva agresión.
“Dejamos de oponernos al castigo colectivo (…) Nos quitamos los guantes. Un terrorista vino de Hawara. Un Hawara cerrado y quemado: eso es lo que quiero ver. Es la única manera de lograr la disuasión”, afirmó Fogel conocido por su respaldo a la anexión de los territorios palestinos.
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