El flagelo ocupa portadas después de que salió a la luz, a finales de febrero, el caso de 207 trabajadores rescatados en situación análoga a la esclavitud en una cosecha de uva en el municipio Bento Gonçalves, estado de Río Grande do Sul, contiguo con Argentina y Uruguay.
Por ese hecho fue arrestado el propietario de una empresa, de 45 años, responsable de contratar personal para la colecta de pulpas y sacrificio de pollos. El sujeto posee contratos con diversas bodegas de la región.
La fiscalización constató condiciones insalubres de alojamiento, como mala conservación, higiene y limpieza del local.
Según relatos, los trabajadores fueron cooptados por reclutadores de mano de obra, conocidos como gatos, en Bahía, capital del norteño estado de Salvador.
Uno de los rescatados contó que «no recibían salario, hacían préstamos con altas tasas de intereses y tenían la libertad y locomoción restringidas, además de sufrir agresiones físicas».
El portal Brasil de Fato denuncia que, diferente de lo que se podría esperar, el caso que implica a grandes empresas como Aurora, Garibaldi y Salton, no causó un rechazo unánime.
Ante los periódicos y espeluznantes actos, el auditor Mauricio Krepsky insistió en la necesidad de aumentar el personal en la Fiscalización para Erradicación del Trabajo Esclavo, división que encabeza.
«No podemos luchar contra el trabajo esclavo sentado en una oficina con aire acondicionado. Es necesario que tengamos auditores fiscales en campo para poder verificar in situ las situaciones», alertó Krepsky, aludido por el sitio digital.
A pesar de lo previsto por la Enmienda Constitucional 81, la expropiación de tierras de empresarios esclavistas nunca ocurrió, por depender de una ley que regule ese proceso, nunca aprobada en el Congreso.
El auditor fiscal del trabajo detalla además que el perfil de las personas rescatadas en esas condiciones permanece casi la misma cada año: aproximadamente el 90 por ciento son hombres, negros y de baja escolaridad.
Menciona que, a finales de 2020, surgió un caso muy emblemático de faena doméstica análoga al de esclava en Brasil, donde cada año se rescatan a más de mil trabajadores.
Resultó un escándalo el rescate en el estado de Minas Gerais (sudeste) de Magdalena Gordiano, obligada a laborar en la casa de una familia desde los ocho hasta los 46 años de edad. En 2021 se salvaron a 31 trabajadoras sometidas a condiciones muy parecidas.
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