Fuentes del MST comunicaron a Prensa Latina que el sitio se levantó a 10 años de la muerte de uno de los mayores líderes políticos de América Latina e imprescindible e incansable constructor de la Patria Grande.
Al representar su paso a través del MST por la Escuela de Medicina Latinoamericana Salvador Allende, de Caracas, la joven Lucinea Costa afirmó en el acto que el «amor y compromiso (de Chávez), con el pueblo (venezolano) era visible».
Y eso, remarcó, «era lo que fomentaba la Revolución, el sentimiento popular de pertenencia, protagonismo por donde pasaba».
También al respecto, Roberto Torrealba, cónsul de Venezuela en Brasil, ponderó el internacionalismo y la solidaridad como esencia del liderazgo de Chávez.
Grupos de la brigada internacionalista del MST fueron en «los primeros amigos que Hugo Chávez percibió la importancia y la capacidad de la solidaridad representada por el coraje de desafiar al mundo», rememoró el diplomático.
Costa y Torrealba coincidieron, además, en la necesidad de recordar el nombre del discípulo del libertador Simón Bolívar por «su actuación solidaria en el país que gobernó y como compañero del MST en Brasil».
En el evento, además de la inauguración de la placa en memoria de Chávez, se plantó un Ipé amarillo (distintivo nacional de Venezuela), designación común a especies de árboles de la familia de las Bignoniáceas, de porte medio, que producen flores amarillas, como símbolos de la esperanza y vida en unión de los pueblos.
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