El IPS anunció que ampliaría su abanico de castigos de continuar los detenidos sus acciones contestatarias, a lo cual estos respondieron que intensificarán la movilización, que desembocará a finales de este mes en una huelga de hambre indefinida. Mantenemos la lucha para combatir la campaña de odio dirigida contra nosotros por el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, advirtió hace unos días en un comunicado el Comité Supremo de Emergencia de los Prisioneros, que agrupa a representantes de todas las facciones palestinas.
“Nuestra causa principal y demanda fundamental es la libertad, y aquí estamos golpeando las paredes de nuestras celdas y levantando la voz”, destacó el texto.
El movimiento fue iniciado el 14 de febrero en la cárcel de Nahfa, donde las autoridades adoptaron medidas de represalia, entre ellas cortar el agua caliente de los baños en medio del invierno.
Al día siguiente la campaña se extendió a las prisiones de Raymon, Ofer, Megiddo, Gilboa y Negev, donde los reclusos iniciaron una campaña de desobediencia, que incluyó el boicot a los controles de seguridad, reportó en un comunicado el Club de Prisioneros Palestinos.
Más de cuatro mil 700 palestinos se encuentran tras las rejas en prisiones israelíes, según fuentes oficiales.
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