«La conducción del Dr. Anderson Torres a la CPI sería del todo inútil, una vez que él ya depuso a la Policía Federal -por más de 10 horas- sobre todos los temas investigados por el Parlamento distrital», afirmó el abogado defensor Rodrigo Roca.
El ministro Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF), liberó el martes a Torres para ir a la CPI, si quería, y en el mismo laudo lo autorizó a que permaneciera en silencio.
«Autorizo la liberación de Anderson Gustavo Torres, para realizar su testimonio el día 09/03/2023 a las 10:00, hora local, en sesión de la Cámara Legislativa del DF, garantizándose, plenamente, su derecho al silencio, en los términos consagrados constitucionalmente», escribió el juez.
Observo, sin embargo, prosiguió, que la conducción de Torres, quien se encuentra preso preventivamente, «deberá ser hecha mediante escolta policial y solamente ocurrirá si hay su previa concordancia».
Tal decisión es una respuesta a las solicitudes de la Cámara Legislativa del DF para que el otrora ministro de Justicia durante la gestión del derrotado mandatario Jair Bolsonaro fuera liberado para comparecer ante la CPI.
La junta comenzó el 2 de marzo con el testimonio de Fernando de Sousa Oliveira, exsecretario ejecutivo de la Secretaría de Seguridad Pública del DF.
En su alegato aclaró que su jefe salió de vacaciones rumbo a Estados Unidos sin dejar «ninguna orientación específica» sobre los actos.
Al respecto, los abogados de Torres argumentan que no existe interés en comparecer ante la CPI, pues los autos son públicos y los parlamentarios integrantes de la CPI tienen acceso al contenido, y la comparecencia de su defendido sería «mera reiteración de las declaraciones ya prestadas».
Con pedidos de intervención militar y rechazo a la asunción al poder del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, grupos de adeptos radicales de Bolsonaro protagonizaron acciones antidemocráticas el 8 de enero en Brasilia.
En esa fecha, marcada en negro en la historia nacional, los extremistas de derecha irrumpieron violentamente y saquearon las sedes del Congreso Nacional, el STF y el Palacio del Planato, sede del Poder Ejecutivo.
Al desembarcar en Brasil el 14 de enero, Torres fue detenido por posible omisión ante los hechos antidemocráticos y vandálicos. Permanece encarcelado en las instalaciones del IV Batallón de la Policía Militar del DF.
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