En el Allianz Arena de Múnich, con un entusiasta público, el frío y la lluvia como testigos, el Bayern sepultó anoche a los rojiazules 2-0, sin que las superestrellas Lionel Messi y Kylian Mbappé pudieran pensar en los octavos de final, tras el 0-1 también adverso en el Parque de los Príncipes de la Ciudad de la luz.
A más de una década de la llegada de los fondos del Qatar Sports Investments (2011), las vitrinas del PSG siguen añorando el trofeo que certifica la conquista de Europa, objetivo que tampoco pudo ser en la segunda temporada del tridente galáctico Messi-Mbappé-Neymar, este último ausente la víspera por una grave lesión de tobillo.
En Francia habían llamado el choque un «ahora o nunca», y la primera mitad despertó ilusiones, pero al final los capitalinos casi caen por una humillante goleada frente al mismo rival que en agosto del 2020 les cortó las alas en Lisboa, en su única final en la Liga de Campeones de la UEFA.
Ahora todos se preguntan si habrá una nueva oportunidad para el ilustre tridente o si la orden será destruir para reconstruir, con la hipótesis apocalíptica como la más privilegiada y el técnico Christophe Galtier con la condición de favorito para comenzar la estampida.
Sin piedad, en las páginas de RMC Sport, las teclas del periodista Daniel Riolo reclamaron cambios estivales, que harían honor a la frase «no dejar a títere con cabeza», salvo la de Mbappé claro, aunque su magia fue embrujada anoche por la defensa del Bayern Múnich.
«Es un PSG sin alma, que merece una enorme limpieza, por la que llevo tiempo abogando», dijo el cronista, quien después de llamar al club «la vergüenza de Europa» sugirió enviar al astro Messi al Inter de Miami, reconociendo su gran carrera, y a Marco Verratti, el villano de turno, de vuelta al Pescara.
En la cadena deportiva L’Équipe, el especialista Vincent Duluc fue también categórico en su editorial, citando «la incapacidad fundamental para crecer» del PSG, eliminando por quinta ocasión en octavos de final de la Champions en la era Qatar.
Con más leña al fuego, el exjugador parisino y actual consultor David Ginola consideró urgente construir un equipo, por encima de la idea de incorporar talentos, mientras el campeón del mundo de 1998 con Les Bleus Bixente Lizarazu acusó al club de estar lleno de «estrellas de rock».
Al PSG lo construyeron sobre la idea de un equipo de estrellas de rock, no un equipo de fútbol. Esa es una estrategia que rindió fruto desde el punto de vista del reconocimiento internacional, pero lo que hace falta es solidaridad, fustigó.
Desde España, en tono de revancha y también en serio, espetan a Mbappé que si quiere ganar la Champions debe enrolarse en el Real Madrid que desechó el año pasado por seguir en París, bajo un contrato récord.
Por lo pronto, los rojiazules tendrán que conformarse con el título de la Ligue1, con Galtier o no en el banquillo, torneo devenido su feudo.
Respecto a la operación Orejona, parece que urgen muchos cambios, tanta gente conocedora no puede estar equivocada.
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