Según la fuente, un grupo de empresarios se reunió con los ministros de Justicia, Yariv Levin, y de Finanzas, Bezalel Smotrich, a quienes advirtieron sobre los problemas que traerá esa normativa.
El medio noticioso precisó que la discusión se acaloró, lo cual provocó enfrentamientos verbales.
Entre los asistentes se encontraban los directivos de empresas clave como Fox Group, Azrieli Group, Discount Bank, Electra Consumer Products, Zvika Schwimmer y Tnuva.
Algunos de los presentes asistieron a una reunión similar el pasado mes con el ministro de Economía, Nir Barkat.
Días atrás, una encuesta realizada por la firma Business Data Israel, proveedora de información comercial, reveló que 20 por ciento de las compañías considera sacar su dinero del país o ya lo hizo por temor a las consecuencias de la normativa.
Precisamente, a finales de enero durante una reunión con el primer ministro Benjamin Netanyahu varios empresarios le advirtieron que eso pasaría.
Ya comenzó la fuga de capital, “todavía no es una escala dramática, pero nos preocupa que este sea el comienzo de la tendencia”, expresó entonces durante el encuentro el director ejecutivo de Bank Hapoalim, Dov Kotler.
La agencia de calificación Moody’s alertó el miércoles último que Israel enfrenta un riesgo económico a largo plazo debido a la reforma, que restringiría la capacidad del Tribunal Supremo para rechazar leyes al permitirle al Parlamento volver a legislar normativas impugnadas por ese órgano.
“Si se implementan en su totalidad, los cambios propuestos podrían debilitar materialmente la fortaleza del poder judicial y, como tal, ser negativos para el crédito”, señaló Moody’s. La pasada semana numerosos economistas volvieron a criticar la propuesta del Ejecutivo, al señalar que sus efectos negativos se materializarán con mayor fuerza y rapidez a lo esperado.
En una nueva carta abierta, tras la publicada a finales de enero, los expertos afirmaron que los daños por el proyecto de ley continúan acumulándose.
Incluso si los mercados se estabilizan a corto plazo, a la larga habrá consecuencias adversas para el crecimiento económico del país y la calidad de vida de los ciudadanos, subrayaron.
“La reforma del sistema judicial pone en peligro la economía israelí y puede causar una caída en la calificación crediticia de Israel, llevar a los inversores a huir y provocar una fuga de cerebros”, advirtieron en enero más de 300 expertos, incluido el Premio Nobel Eric Maskin.
En febrero más de 50 destacados economistas de universidades estadounidenses, incluidos 11 premios Nobel, criticaron en otra carta publica el plan.
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