«Tenemos más de 14 mil obras paralizadas en este país», reconoció el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, al lanzar el sitio ante autoridades municipales, en el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo en esta capital.
Prometió que todas las obras serán reanudadas y que no resulta posible gobernar sin tener en cuenta los municipios y los estados. «Queremos que los alcaldes participen en la ejecución de políticas públicas», señaló.
Lula indicó que, más allá de las posturas políticas de las autoridades, es necesario compartir con las ciudades el uso del dinero federal.
«No quiero saber de qué partido es cada uno, tampoco si es católico, evangélico o ateo, lo que quiero saber es si en aquella ciudad, el pueblo necesita algo que nosotros podamos hacer», remarcó.
Según el Gobierno, la idea con la plataforma es que los administradores municipales sean los responsables de alimentar la base de datos, priorizando equipos de Salud, Educación, Deporte, Cultura y unidades habitacionales de Mi Casa, Mi Vida.
Hasta el 10 de abril tendrán los alcaldes para incluir la información.
El senador Jayme Campos llamó esta semana a que el Congreso Nacional instale mecanismos para mejorar la legislación y evitar que el país siga enfrentando el cuadro que considera aterrador, con miles de obras públicas federales paradas, abandonadas o sin terminar.
Al citar datos del Tribunal de Cuentas de la Unión, Campos pidió una fuerza de tarea nacional para desbloquear, en un corto espacio de tiempo, los proyectos paralizados que representan un 38 por ciento del total de 22 mil obras contratadas.
Recordó que más del 50 por ciento de esas obras se concentran en el área de la Educación y sugirió que, además del castigo para eventuales malos gestores que aprovechen la crisis para desviar fondos, será necesario aumentar la capacidad de estados y municipios de ejercer bien la aplicación de recursos públicos.
«El impacto de este tipo de paralización es enorme, ya sea por desperdicio, o reacondicionamiento con nuevas empresas», apuntó.
Insistió en que «la obra parada siempre acaba costando mucho más para ser concluida que el valor inicial. Además, son inestimables los perjuicios sociales derivados del hecho de que esas obras no estén listas a tiempo, o peor, nunca sean concluidas», reflexionó.
Denunció que cuando esto ocurre «es la escuela que falta, son camas hospitalarias, carreteras agujereadas y sin puentes seguros, toda suerte de obstáculos para la sociedad brasileña».
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