El texto reveló que el asesinato de Eduardo Mendúa, dirigente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del país andino (Conaie), el pasado 26 de febrero, en la provincia de Sucumbíos, volvió a poner sobre la mesa el riesgo de defender la naturaleza en Ecuador.
Tras su asesinato, la Conaie aseguró que su muerte estaba relacionada con el conflicto petrolero en esa zona pues Mendúa era descrito como luchador social y el rostro de la resistencia contra la explosión petrolera y minera allí.
De acuerdo con la pesquisa, entre 2012 y 2021 fueron asesinados mil 733 defensores del medio ambiente a nivel mundial, de ellos, cuatro líderes eran ecuatorianos.
La presidenta de la Fundación de Pachamama, Belén Paéz, considera que los defensores medioambientales en Ecuador se enfrentan a otros riesgos como el crimen organizado que también está ligado a la tala ilegal, el tráfico de madera y las mafias que operan en las zonas de la Amazonía en la nación sudamericana.
El crimen organizado busca estos territorios para cometer negocios ilícitos en torno a las drogas, lo que está causando devastación de los bosques por el uso de productos contaminantes, aseguró Páez.
Páez alertó que la más grave alerta es que los negocios ilícitos ya cobraban vidas, «están matando a muchos líderes sociales de las comunidades indígenas y tribales para evitar que se opongan a ellos».
La investigación de Global Witness ratificó que el incremento de asesinatos en zonas rurales de la Amazonía, coincide con un aumento de la influencia y la diversificación de los delitos cometidos por los grupos del narcotráfico.
El documento señaló a Ecuador como el país cada vez más usado por los narcotraficantes para almacenar la cocaína que se produce en Colombia y Perú, antes de enviarla a sus destinos finales, principalmente Estados Unidos y Europa.
rgh/nta