Durante su segunda visita en pocos días a la norteña región de Tarapacá, que tiene una extensa frontera con Bolivia, el gobernante se refirió al despliegue de fuerzas militares para contribuir con el control de los cruces no autorizados en la línea de demarcación.
Entre los problemas detectados en la zona, dijo, está que los “burreros”, como se les conoce allí a los traficantes de migrantes, ante la presencia del Ejército chileno comenzaron a buscar otros puntos en sitios más al sur, lo cual amplía mucho el área de vigilancia.
Además se refirió al tema de la reconducción de quienes son detectados sin la documentación necesaria porque Bolivia, afirmó, sólo acepta a sus propios ciudadanos y rechaza a los de otras nacionalidades.
Recordó Boric que desde 1978 no existen relaciones entre su país y Bolivia, lo cual agrega dificultades para buscar alternativas.
“Eso requiere una conversación diplomática de alto rango y yo estoy comenzando esas gestiones con el presidente Luis Arce, para que a nivel de América Latina podamos enfrentar esto”, dijo el presidente. Informó que en los primeros días de abril próximo habrá una reunión con presidentes amigos de la región, entre ellos Andrés Manuel López Obrador, de México; Alberto Fernández, de Argentina; Xiomara Castro, de Honduras; Gustavo Petro, de Colombia, y Luis Arce, de Bolivia.
Uno de los puntos de la agenda será precisamente el tema de la migración y las formas para enfrentar ese fenómeno que existe en todo el mundo, puntualizó durante una entrevista concedida a Radio Paulina de Tarapacá.
Junto con el problema de la movilidad humana figura también el intento de las bandas delincuenciales para introducirse en los países de la región.
En este sentido Boric se inclinó por regularizar el estado migratorio de quienes vienen a Chile a trabajar y para eso se conversa con organizaciones empresariales, sobre todo en el sur.
Sin embargo, advirtió que la delincuencia no es bienvenida en el país y su Gobierno, señaló, será implacable contra el crimen organizado.
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