En declaraciones a Prensa Latina durante un encuentro con periodistas en esta capital, el científico abordó la urgencia de responder a un escenario preocupante, marcado por la realidad de que tres mil 600 millones de personas, la mitad de los habitantes del planeta, enfrentan problemas de escasez de agua.
Si a eso sumamos que dos mil millones de seres humanos consumen agua sin garantías de que sea segura, comprendemos la magnitud de la situación, una verdadera crisis mundial, aunque no prefiera el término, comentó el editor jefe de un reporte sobre el tema que se presentará el 22 de marzo en Nueva York, a propósito de una conferencia de la ONU.
De acuerdo con Connor, el documento en cuestión expondrá en el foro dedicado al agua la importancia de apostar por la cooperación en sus diferentes niveles.
El especialista ilustró la necesidad del trabajo conjunto con ejemplos como la ausencia de mecanismos formales que suele afectar a países situados en cuencas y acuíferos transfronterizos y la competencia por el preciado líquido entre ciudades dependientes de aguas superficiales y la agricultura.
En ese sentido, el autor del esperado reporte advirtió que un tercio de esas urbes compite por el agua con la agricultura y que la demanda del indispensable recurso crecerá el 80 por ciento para el 2050 con la expansión de los asentamientos urbanos y la industrialización.
Asimismo, recordó que el estrés hídrico, en particular la escasez y el problema de la seguridad del consumo, está estrechamente ligado a la salud y a la seguridad alimentaria.
Connor manifestó además a Prensa Latina que una cuestión crucial es el manejo adecuado del agua, con políticas flexibles, capaces de adaptarse a las circunstancias.
El informe que se presentará dentro de menos de una semana en Nueva York comparte experiencias y buenas prácticas de respuestas al desafío universal.
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