El portavoz del comando internacional en el sur del país, Andrea Tinetti, aclaró que la Unifil no notó ninguna violación de la Línea Azul, punto fronterizo establecido entre Líbano y los territorios palestinos ocupados.
La aclaración sucede en el contexto de informes de infiltración de Líbano en Israel y, en ese sentido, el vocero enfatizó en que las fuerzas de paz no reportaron cruce de la frontera terrestre en los últimos días.
Ayer, medios israelíes revelaron que Tel Aviv sospechaba que el movimiento libanés Hizbulah estaba detrás de un incidente de seguridad, a principios de esta semana en el norte de la Palestina ocupada cuando un ciudadano se infiltró a través de la frontera y detonó un artefacto explosivo.
La declaración conjunta de seguridad israelí señaló que la investigación inicial mostró a un elemento armado que cruzó aparentemente el territorio libanés, divulgó el canal panárabe Al Mayadeen.
En este contexto, el corresponsal de la televisora local Al Manar Ali Shoeib, reflejó en su cuenta de Twitter de la continuidad de los trabajos de ingeniería por parte de Israel en la frontera, en preparación para la construcción de un muro de separación de cemento, protegido por tanques Merkava y vehículos blindados.
Líbano reportó el 8 de marzo la infracción de una embarcación militar israelí a la soberanía nacional al entrar a las aguas territoriales en el sur frente a Ras al-Naqoura, a una distancia de unos 370 metros, durante una hora y 40 minutos.
En la propia jornada, un avión teledirigido perteneciente a las fuerzas de Tel Aviv violó el espacio aéreo libanés sobre la ciudad de Abbasiya al-Ghajar durante 20 minutos.
Ambas transgresiones israelíes y otras notificadas en los primeros meses del año son objeto de seguimiento en coordinación con la Unifil, presente en el sur de la nación desde 1978 para prevenir cruces fronterizos accidentales y mantener la paz y la seguridad en la región.
En enero Líbano pidió a la Unifil ejercer la máxima presión sobre Israel para frenar sus prácticas hostiles y las repetidas violaciones por mar, aire y tierra a su territorio.
Los dos países están en situación de guerra desde el establecimiento del Estado de Israel y a lo largo de estos años muchos crímenes y agresiones perduran en la memoria del pueblo de Líbano ante las ambiciones de Tel Aviv por apoderarse del agua del río Litani y la riqueza petrolera y gasífera.
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