El secretario (ministro) de Estado estadounidense anunció una asistencia directa de 150 millones de dólares para países de la región del Sahel, sin proveer detalles, aunque dos de ellos, Mali y Burkina Faso, dan claras muestras de querer preservar sus lazos con Rusia.
Sahel es una zona ecoclimática del norte del continente africano que limita al norte con el Sahara y al sur con la sabana sudanesa, y se extiende desde el océano Atlántico hasta el mar Rojo, a través de todo el continente.
Junto al incentivo de la anunciada asistencia, el secretario Blinken inundó con elogios a Níger, país al que caracterizó como «modelo de resiliencia (…), de democracia y de cooperación”.
A seguidas en tono admonitorio llegó el centro de su visita en la forma de una advertencia cuando afirmó que “la expansión rusa en la región no terminará bien para aquellos que la abracen”,
Blinken llega a Níger después de cumplir una estancia en Etiopía donde condicionó la normalización de relaciones bilaterales con su país a la implementación de un acuerdo de paz con los insurgentes de la región de Tigray.
El aterrizaje del alto funcionario estadounidense es el preludio de una programada visita al continente de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, y epílogo de otra, a Namibia, días atrás de la primera dama de su país, Jill Biden.
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