Dos días intensos de análisis, propuestas y discusiones, precedidos por reuniones sectoriales y regionales con la participación de más de 30 mil jóvenes de todo el país, fueron el colofón del I Congreso de la Juventud que sesionó en el parque Alí Primera, en Caracas.
El lunes y martes, sus delegados debatieron en seis mesas de trabajo sobre educación, ciencia y técnica, cultura, recreación y fiesta, protección social y familiar, entre otros temas, además de recibir charlas instructivas de ministros y autoridades políticas
El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, instó a los mil 100 delegados a prepararse para defender la patria.
Mencionó que el encuentro sesionó en el contexto del décimo aniversario de la partida de Hugo Chávez (1954-2013) y significó el hecho de que en la cita participaron jóvenes no solo del PSUV, sino también de otras organizaciones políticas y movimientos sociales.
De la reunión, convocada por el presidente Nicolás Maduro el pasado febrero, emanará la Gran Misión Juventud Venezuela, que tiene por objetivo aunar esfuerzos para consolidar las estrategias del Estado en función de ese sector.
Nada puede plantearse la Gran Misión si usted no ama ni defiende a su patria, afirmó, y añadió que no importa en qué color político se milite, porque no puede entregarse la nación a ningún imperio, ya que ella “pertenece a sus hijos y a los que vienen por delante”.
Al clausurar la reunión, Maduro reflexionó sobre la necesidad de empoderar a los jóvenes y por eso los llamó a no ver el Gobierno “como algo extraño”, sino a sentirse parte y convertirlos en fuerza para poder gobernar “con la juventud y para la juventud”.
Subrayó que este es un Congreso que va más allá de un partido político, “es el Congreso de la juventud de Venezuela, vengan de donde vengan” porque “son la juventud que representa a nuestra patria amada”, remarcó.
El gobernante también convocó desde el Cuartel de la Montaña a multiplicar los valores que Chávez cultivó en el pueblo del antiimperialismo, la decencia ética y el compromiso revolucionario.
Significó que el comandante bolivariano no aró en el mar, sino que sembró conciencia de rebeldía antiimperialista, de patriotismo por Venezuela, de solidaridad entre los pueblos del mundo, de empeño y trabajo por hacer las cosas bien, perseverancia, de ética y moralidad absolutas.
Una década después de su siembra, expresó, tenemos que decir con mucha claridad que Chávez nos dejó patria, pueblo y una poderosa alianza cívico-militar, que en perfecta unión cabalgan hacia el futuro.
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