“Hecho de gran trascendencia en nuestra historia, que marca la entrada de Rubén Martínez Villena y su generación en la lucha política. Nuestra intelectualidad revolucionaria tiene allí un referente moral de permanente vigencia”, escribió el alto funcionario en su cuenta de Twitter.
La gestión del presidente Alfredo Zayas -que gobernó Cuba de 1921 a 1925-, provocó repudio ya que se caracterizó por el marcado aumento de la influencia estadounidense y el auge de la corrupción.
El suceso más escandaloso fue la compra del Convento de Santa Clara, un antiguo caserón adquirido por el Estado a un precio de dos millones 300 mil pesos, considerado exagerado, pues tiempo atrás, durante la bonanza económica, los propietarios lo vendieron a una empresa en menos de un millón.
El gobernante adoptó el decreto junto con el Secretario de Justicia al no ser votada una ley al respecto ni contar con la aceptación del Secretario de Hacienda. Tampoco consiguió la aprobación del Congreso hasta el 12 de junio de 1924.
Esto dio lugar, el 18 de marzo de 1923, a la protesta de Rubén Martínez Villena y un grupo de jóvenes intelectuales, quienes el 19 de marzo publicaron en el periódico Heraldo de Cuba el manifiesto que se denominó La Protesta de los Trece, en rechazo a tales acciones de las autoridades del país.
El documento fue firmado por Rubén Martínez Villena, José Antonio Fernández de Castro, Calixto Masó, Félix Lizaso, Alberto Lamar Schweyer, Francisco Ichaso, Luis Gómez Wangüemert, Juan Marinello, José Z. Tallet, José Manuel Acosta, Primitivo Cordero Leyva, Jorge Mañach y José Ramón García Pedrosa.
En el texto, los protestantes declararon sentirse honrados por iniciar un movimiento contra los gobernantes calculadores, expoliadores e inmorales, que tienden con sus actos a provocar el envilecimiento de la Patria.
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