Durante la inauguración del III Foro Mundial de Derechos Humanos en el Centro Cultural Kirchner, el mandatario resaltó la importancia de celebrar ese evento en esta nación, la cual conmemora en 2023 cuatro décadas del fin de la última dictadura cívico-militar (1976-1983).
El pueblo argentino hizo de los derechos humanos una verdadera política de Estado. El camino no fue fácil y requirió más de 40 años de lucha, saberes y memorias vitales que iluminan el presente y nos dan una imagen del futuro.
Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo son las parteras de nuestra democracia. A ellas, verdaderas guardianas de la patria, toda nuestra gratitud y reconocimiento, afirmó.
Hoy están presentes los 30 mil detenidos desaparecidos en nuestro país. Recuperamos la democracia cuando parecía una quimera, nos levantamos en un grito unánime diciendo “Nunca más”.
Estuvimos en las calles contra el indulto y el punto final, volvimos a juzgar a los genocidas y a los represores, y ellos terminaron en las cárceles. Argentina tiene una historia que debemos honrar y continuar, añadió.
Asimismo, reiteró el compromiso de su Gobierno con la búsqueda de los cuerpos de las víctimas de la dictadura.
El trabajo de los equipos de antropología forense y los organismos de derechos humanos es reconocido en todo el mundo y es orgullo nacional. Exigimos que los represores digan dónde están los compañeros que nos faltan. Hablen ahora porque la historia se los va a reclamar, dijo.
Además, manifestó la voluntad de encontrar a los niños separados de sus padres en aquellos años y que hoy desconocen su identidad.
Cada nieto recuperado es la expresión más vital de las políticas de memoria, verdad y justicia, aseguró.
El presidente cuestionó las irregularidades en algunos procesos contra genocidas y señaló que cada represor debe cumplir su condena en una cárcel común sin beneficio alguno.
Todavía tenemos pendiente una reforma judicial para que ese sector deje de actuar como brazo ejecutor de los poderes fácticos, indicó y denunció la persecución contra líderes como el ecuatoriano Rafael Correa, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el boliviano Evo Morales y la argentina Cristina Fernández.
No hay posibilidad de convivencia entre proyectos políticos neoliberales, reaccionarios, conservadores y de ajuste, y una verdadera política que garantice los derechos humanos de todos. Quienes niegan el terrorismo de Estado son los mismos que quieren una sociedad oprimida y empobrecida, apuntó.
Las dictaduras en Argentina, Chile, Uruguay y otros países de la región fueron laboratorios para las políticas neoliberales que arrasaron después.
Hoy enfrentamos amenazas múltiples y una avanzada de fuerzas antidemocráticas promueve nuevamente la xenofobia, la intolerancia, el odio de clase y de género, alertó.
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