Se trata del reporte de una misión de consulta del Fondo que visitó Uruguay del 6 al 17 de marzo para reuniones con las autoridades.
El informe destacó la situación fiscal y la política monetaria, aunque advirtió sobre la desaceleración de la economía “con riesgos sesgados a la baja”, y puso especial énfasis en la incertidumbre que genera la sequía.
“Se proyecta un crecimiento real del dos por ciento en 2023, si bien con mucha incertidumbre debido al efecto de la sequía», dice una de las conclusiones.
Añade que a pesar de un contexto externo adverso, condiciones financieras más restrictivas y el impacto de la canícula, el crecimiento se vería apuntalado por «una fuerte temporada turística, aumento en la producción y exportaciones de celulosa y un consumo privado robusto ante la recuperación del salario real”.
El FMI anticipó para 2022 un crecimiento del 4,9 por ciento del Producto Interno Bruto, que se acerca al pronóstico gubernamental.
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