Al intervenir en una conferencia internacional sobre el agua en la sede de la ONU, el funcionario advirtió sobre las consecuencias del estrés hídrico en el planeta, lo cual amenaza la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y los sistemas ambientales, precisó un comunicado de su cartera.
Ello también afectara los derechos a la vida, al agua y saneamiento, a la alimentación y a la salud, subrayó.
Swilam afirmó que el cambio climático es un desafío serio cuyos efectos son más latentes en los países áridos y semiáridos, donde la escasez de agua es la principal amenaza para satisfacer las necesidades humanas vitales.
Como ejemplo citó el caso de Egipto, donde ese flagelo provocará el aumento del estrés hídrico y por tanto afectará las tierras agrícolas en el delta del río Nilo.
Destacó que la producción de alimentos consume más del 85 por ciento de ese recurso en las naciones en desarrollo y alrededor del 70 por ciento del líquido en el mundo.
Según la ONU, más de 800 mil personas mueren cada año por enfermedades atribuidas directamente al agua no apta para el consumo, a un saneamiento inadecuado y a prácticas de higiene deficientes.
En tanto, más de cuatro mil millones de personas en el planeta sufren una grave escasez del líquido durante al menos un mes al año.
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