A fines de febrero pasado el mandatario responsabilizó a los migrantes subsaharianos de causar una ola de criminalidad y los acusó de querer cambiar la demografía de su país y de querer separarlo del mundo musulmán y árabe.
Las formulaciones fueron matizadas después en un comunicado de la cancillería tunecina el cual instó a los residentes extranjeros a regularizar su situación legal y desmintió las alegaciones de racismo contra el presidente.
Sin embargo, medios diplomáticos reportaron agresiones contra migrantes subsaharianos algunos de los cuales atestiguaron haber sido despedidos de sus empleos y expulsados de sus viviendas.
Con la salida de los marfileños en un avión fletado de la aerolínea etíope suman mil 53 los ciudadanos de ese país que optaron por regresar a su lugar de origen, según estadísticas oficiales.
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