En la clausura este viernes, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, se refirió a ese recurso que nos une a todos y que está intrínsecamente ligado al desarrollo sostenible, la lucha contra la pobreza, los sistemas alimentarios y la creación de empleo y prosperidad, con los derechos humanos y con la igualdad de género.
Por esas razones debe ocupar un lugar central en la agenda política mundial, significó, al tiempo que reiteró que el futuro de la humanidad depende de cambiar las formas de gestionar y conservar el agua.
«Nuestras esperanzas dependen de compromisos innovadores y orientados a la acción para poner el agua y el saneamiento al alcance de todos los habitantes de la Tierra de forma segura y sostenible», sentenció.
El titular de la ONU citó como ejemplos de innovación el desarrollo de sistemas alimentarios alternativos para reducir el uso insostenible del agua en la agricultura y el diseño de un nuevo sistema mundial de información sobre el preciado líquido para adoptar decisiones informadas sobre su gestión o respuestas a posibles catástrofes.
La Conferencia evidenció la necesidad de desarrollar infraestructuras resilientes, conductoras de agua y planes de tratamiento de residuales hasta garantizar que todas las personas del mundo estén protegidas con sistemas de alerta temprana contra catástrofes naturales en 2027.
En la sesión final se pidió respaldo a la Agenda de Acción para el Agua para reducir las presiones sobre los sistemas hidrológicos y garantizar la adopción de políticas inteligentes.
Los casi 700 compromisos incluidos en el plan, recogidos tanto en las sesiones oficiales como en los actos paralelos, que conforman una plataforma seguirá abierta a la presentación de propuestas y estará a disposición de todos a través del sitio web de la Conferencia.
Para el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Csaba Kőrös, los 300 mil millones de dólares prometidos para impulsar la transformadora Agenda tienen el potencial de desbloquear al menos un billón (un millón de millones) de dólares de beneficios socioeconómicos y ecosistémicos.
«Hoy tenemos en nuestras manos la oportunidad de construir un mundo con seguridad hídrica y más pacífico», puntualizó.
A la Conferencia de la ONU sobre el Agua, la primera en 50 años, asistieron representantes de gobiernos, sociedad civil, sector privado, científicos, comunidades indígenas y otras partes interesadas, con el objetivo de encontrar soluciones innovadoras y reforzar la colaboración internacional ante la creciente presión hidrológica.
Sus resultados serán revisados durante las reuniones políticas de alto nivel en julio de 2023, y se garantizará que el agua y el saneamiento ocupen un lugar destacado durante la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible prevista para septiembre de este año.
ro/crc