Las víctimas infantiles aumentaron ocho veces en proporción de 2018 a 2022, reportó la organización no gubernamental en su más reciente informe sobre este país árabe.
Destacó que como promedio un menor murió o sufrió lesiones cada tres días durante los últimos cinco años por las minas terrestres y otros artefactos explosivos plantados a lo largo y ancho de Yemen.
Mientras que la cifra de víctimas infantiles directas por la violencia armada, como ataques aéreos, bombardeos o fuego cruzado, disminuyó en general desde 2018, creció las causadas por minas, subrayó.
Al respecto, resaltó que los niños en Yemen corren el riesgo de encontrarse con minas terrestres y restos explosivos de guerra mientras realizan actividades cotidianas como jugar, recolectar leña y agua y cuidar el ganado.
No obstante, advirtió que son cifras mínimas pues “el nivel exacto no está disponible debido a la falta de capacidad, financiación, equipamiento y acceso para los encuestadores”.
El informe es un claro recordatorio del impacto devastador del conflicto en la niñez, la población más vulnerable, afirmó Ashfaq Ahmad, director adjunto de Save the Children para Yemen.
La guerra comenzó en 2014, cuando los rebeldes hutíes se levantaron en armas y ocuparon grandes extensiones del país, incluida Saná, la capital.
Al año siguiente una coalición árabe, encabezada por Arabia Saudita, intervino en el conflicto en respaldo del entonces mandatario Abd Rabbu Mansour Hadi.
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