Mediante una declaración, el jefe del gabinete expresó que las cosas llegaron al punto del disgusto y rechazó los intentos de algunas fuerzas de arrastrar al país a la división sectaria para alimentar conflictos.
El titular del Ejecutivo enfatizó que el proceso de elección del presidente de la República constituye la prioridad requerida para completar la convocatoria de las instituciones y restaurar el orden completo en el Estado libanés.
Ante este panorama, Mikati recalcó a todos los diputados no vacilar en cumplir con el deber constitucional y designar al nuevo mandatario para los venideros seis años.
El primer ministro abogó por la unidad para implementar las reformas requeridas y activar las reuniones de emergencia, en lugar de que los dirigentes nacionales y políticos tomen en cuenta las posturas y advertencias internacionales sobre la gravedad del colapso.
Mikati denunció el propósito de algunos de desviar la atención de la obstrucción del proceso electoral o su incapacidad para asegurar el consenso necesario para completar la designación del mandatario y apuntan al Gobierno.
En este sentido, reafirmó los esfuerzos gubernamentales para asegurar la continuidad de las elecciones y abordar los problemas básicos tanto como sea posible y según lo permitan las capacidades.
De acuerdo con la presidencia del Consejo de Ministros, el análisis de los salarios de los trabajadores y jubilados en el sector público centraría la convocatoria del lunes, en lo que sería la cuarta sesión del Gobierno en 2023.
A propósito, sindicatos de trabajadores y expertos calificaron de inaceptable la manipulación excesiva en la tasa de la libra libanesa, que esta semana superó el umbral de 140 mil frente al dólar, antes de caer por debajo de los 110 mil, luego del anuncio del Banco Central de una circular para limitar el desplome.
En medio del deterioro de las condiciones de vida, Líbano intenta designar al presidente de la República número 14 después de la independencia, luego de la conclusión del mandato de Michel Aoun, el pasado 31 de octubre.
Hasta el momento, ningún candidato de la comunidad cristiana maronita cuenta con el respaldo de la mayoría de 65 votos y el fracaso de 11 sesiones en el Parlamento refleja la negativa al diálogo y la ausencia de consenso político en la nación levantina.
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