Señaló que pese al crecimiento de 4,9 por ciento respecto a 2021, vinculado a la recuperación de actividades afectadas por la pandemia de la Covid-19, la segunda mitad del año mostró un descenso importante del Producto Interno Bruto.
En términos interanuales la economía se contrajo 0,1 por ciento en el último tramo de 2022 respecto al final de 2021, un efecto atribuido principalmente a la sequía.
“Dos trimestres desestacionalizados negativos da que el país está en recesión”, explicó Mordecki al rotativo La Diaria.
Según el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Uruguay fue “de más a menos” durante 2022, entre un primer semestre muy favorable y una segunda mitad marcada por “caídas interanuales y desestacionalizadas de las exportaciones, del núcleo industrial y de la recaudación impositiva”. En general, el sector agropecuario tuvo una variación negativa de 21,5 por ciento en su valor agregado hacia el final de 2022 y se espera, según la economista, que el primer trimestre de 2023 sea “muy complicado”.
Argumentó que aunque hubo una buena temporada turística, ello no compensará el impacto de la sequía sobre la producción agropecuaria y sus exportaciones.
Ello impacta la industria manufacturera de otros productos y de la industria frigorífica, acotó.
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