Entre las razones fundamentales del retardo están el aumento de los costos de los insumos y la caída de los pedidos, dos factores que afectaron a la industria y la construcción, uno de los tres principales pilares de crecimiento del país y que apenas logró expandirse un 0,4 por ciento.
De otro lado, el sector de los servicios creció en 6,79 puntos porcentuales, favorecido por las políticas gubernamentales emitidas para impulsar el consumo interno, y su aporte al PIB nacional en este período llegó hasta un 43,65 por ciento.
Por su parte, la agricultura, la silvicultura y los productos del mar aumentaron solo un 2,52 por ciento, mientras el comercio total acusó una caída interanual de 13,3 puntos porcentuales y su valor fue de 154 mil 270 millones de dólares.
Vietnam, no obstante, logró en los tres primeros meses del año en curso mantener un superávit comercial de poco más de cuatro mil millones de billetes verdes.
De acuerdo con los más recientes pronósticos del Banco Mundial (BM) conocidos aquí, la economía de esta nación indochina podría cerrar el 2023 con un crecimiento en torno al 6,3 por ciento.
Especialistas del BM explicaron que ese resultado estará sujeto al hecho que, especialmente en la primera mitad del año, la demanda externa será más débil que en 2022 debido a acontecimientos en Estados Unidos y Europa relacionados con las políticas de crecimiento, el control de la inflación y los recortes de tasas de interés.
La economía de Vietnam logró en 2022 expandirse un 8,02 por ciento, la mayor cifra registrada en el período 2011-2022, según la Oficina General de Estadísticas.
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