Los retirados intentaron ingresar al patio de la entidad en la céntrica calle de Hamra, en esta capital, en reclamo de derechos económicos y de salud mínimos para aquellos que dedicaron sus vidas por el bien del Líbano y su pueblo.
De acuerdo con reportes locales, lo notable de la protesta resultó la gran multitud y los eslóganes unificados ante la devaluación de la moneda nacional, la disminución del poder adquisitivo y los altos precios de los artículos de primera necesidad.
Los manifestantes exigieron recuperar los fondos públicos y privados saqueados, y establecer un programa de reanimación nacional basado en la restauración del Estado de bienestar social y justicia; además de preservar la defensa de la patria, sus fronteras y riquezas.
En este contexto, la junta directiva del sindicato libanés de la empresa de telecomunicaciones, Ogero, celebró una reunión de emergencia para evaluar los avances de la implementación de la huelga abierta y la decisión del ministro de Comunicaciones, Johnny Al-Qarm, sobre la toma del Ejército de los centros de la entidad.
Más temprano, el titular advirtió sobre el colapso de la compañía y sus repercusiones en el derecho de los libaneses al servicio de Internet y la comunicación con el exterior.
La coordinadora Especial de las Naciones Unidas para Líbano, Joanna Wronecka, insistió en la protección a los segmentos más vulnerables de la sociedad en la urgencia de elegir sin más dilación al presidente de la República.
El Parlamento libanés busca elegir al nuevo jefe de Estado desde el 29 de septiembre anterior y el fracaso de 11 sesiones confirma la ausencia de consenso y la división entre las fuerzas políticas.
Líbano sortea los obstáculos de un doble vacío de poder, pues la nación quedó sin presidente de la República tras el final del mandato de Michel Aoun el 31 de octubre, mientras el gobierno de Najib Mikati permanece en modo interino.
mgt/yma